Condiciones generales
del inmueble

Como arrendador o propietario es sencillo pensar que el solo entregar las llaves y esperar el pago es todo lo que le corresponde. No es así, sobre todo si quiere tener tranquilidad de dejar su patrimonio en manos ajenas.

Es obligación, según la ley Federal, entregar el lugar en condiciones de salubridad y con los servicios básicos funcionando, y nuestra recomendación es además de verificar que las condiciones de salubridad estén cubiertas, hacer un arreglo general para que el inmueble se entregue en perfecto funcionamiento, con las instalaciones de electricidad, agua, plomería, seguridad (chapas, cerraduras, cámaras, etc.), pintura, impermeabilizado, etc., todo lo que el lugar tenga, en la mejor forma posible.

Puede salir sobrando la recomendación, pero debe estar limpio y listo para habitarse. Sin objetos desechables o basura. Deben poder observarse claramente las condiciones y no dejar sorpresas para quienes vayan a vivir ahí.

Además de mantenimiento, que siempre es necesario, la impresión e imagen resulta en mayor cuidado de las instalaciones por parte del inquilino. Si preocupa que los inquilinos no estén de acuerdo en que la propiedad debe mantenerse en buenas condiciones incluso para el beneficio propio, hay dos posibilidades: se establece en el contrato en qué condiciones se entrega, que las reparaciones corren a cargo del inquilino si es por uso descuidado y que se espera que se dé la devolución con los daños normales por el uso que va de acuerdo al tiempo que se ocupa. La otra posibilidad es, si la preocupación es mucha porque los candidatos a inquilinos no reconocen la importancia del cuidado y mantenimiento que se requiera (depende de las instalaciones), lo mejor es no continuar con ese candidato.

En el caso de quienes buscan rentar, es importante verificar cuáles son las condiciones del inmueble.

Que sean salubres y estén funcionando. Que, si hay alguna reparación o mejora necesaria pendiente, si esta en los planes del propietario dejarlo listo antes de entregar o no, y si hay algo que podamos negociar para acondicionar y complementar las instalaciones.

No hay ninguna presión u obligación en aceptar condiciones que en poco tiempo se vuelvan un problema o con promesas de mejora con las que no podamos vivir largo tiempo. Es muy importante que las condiciones básicas de las instalaciones sean verificadas y estén fielmente plasmadas en el contrato. Hablar de cual es la expectativa para la devolución del inmueble, puede evitar problemas para concluir el contrato en forma adecuada, con todo lo que implica, es decir, recibir de vuelta los depósitos, la cancelación de las garantías, etc.

Para evitar sorpresas desagradables, verificar es la clave; comprueba qué es lo que se ofrece y asegúrate de que todo está en orden tanto físicamente como en la documentación.

No se espera que se devuelva el inmueble tal como se entregó, sin una mancha o marca en la pintura, porque son por el uso normal, pero si algo no estaba roto, desaparecido, caído, descompuesto, etc., y no es por uso “normal”, será necesario resarcir el daño producto del descuido.

Si hay alguna instalación que requiera mantenimiento especial, igualmente, debe quedar claro cómo y quién debe hacerlo.