Dada la importancia de cuidar el patrimonio en el que se invierte y la naturaleza de la relación que se establece entre propietarios, inquilinos, compradores, vendedores, inversionistas, etc.
Resulta que los beneficios de contar con asesoría especializada se dan en diferentes áreas, por mencionar algunas: seguridad, tiempo, dinero, tranquilidad; a continuación algunos aspectos en los que un asesor puede contribuir a concretar ese proyecto inmobiliario:
En el entorno
Un asesor conoce el mercado local y si no lo conoce sabe cómo investigar e interpretar la información sobre la zona, toma en cuenta indicadores como precios promedio, estatus de la oferta y la demanda, expectativas de crecimiento para estimar el retorno de inversión, tipo de público y cuáles son sus intereses y prioridades, ventajas del vecindario, entre otros; junto con sus conocimientos previos, hacen más viable conseguir en menos tiempo el objetivo, comprar, rentar, vender…
En el proceso
Tiene entrenamiento y experiencia en procesos de negociación, cuenta con habilidades para hacer un análisis de las personas y situaciones de tal manera que con menos desgaste entre las partes, se lleguen a acuerdos que favorezcan a todos los involucrados. Por su posición como asesor, procura ser objetivo y ayuda a mediar, cuidando satisfacer a su cliente y obtener uno nuevo cerrando acuerdos francamente beneficiosos.
Tomará en cuenta los objetivos del propietario, sus necesidades y lineamientos, como propios.
Idealmente todos los inmuebles y sus propietarios deben estar preparados para iniciar un proceso de venta o renta, pero si no es así, el asesor tiene la capacidad de detectar los aspectos legales que aplican y sirve de orientador para garantizar a las partes el orden y apego a las regulaciones que de no tener bajo control, en corto, mediano y largo plazo siempre significan un impacto económico.
Dada la naturaleza de la operación y los riesgos a los que quedan expuestos los involucrados, es muy valiosa la intervención de un especialista para filtrar ofertas y minimizar amenazas de acciones fraudulentas.
Promover una propiedad con el objetivo de cerrar una operación de venta o renta en el menor tiempo posible y con el mayor beneficio, significa compromiso y trabajo arduo. Un profesional inmobiliario llevará a cabo todas las actividades necesarias para lograr la meta, desde acondicionar el inmueble si este lo requiere, tomar las fotografías necesarias, colgar anuncios, publicar en medios electrónicos, contactar posibles clientes, mostrar la propiedad en horario abierto, obtener y revisar la documentación, hacer las consultas con otros profesionales como abogados, notarios, etc., conducir a las partes en el transcurso hasta el cierre; en fin, estas tareas no interferirán con sus actividades diarias y será requerido hasta que sea oportuno, el asesor estará dedicando tiempo completo a obtener resultados. Mientras, si lo desea, podrá estar al tanto de los avances en la medida que sus actividades se lo permitan.
Por otra parte, en la búsqueda para invertir o simplemente llevar a cabo un cambio personal, el asesor puede dedicarse a encontrar el lugar idóneo, elaborará una lista de características y objetivos que deben cumplir, verificará personalmente y ofrecerá una terna que facilitará la toma de decisiones. Esto ¿qué implica?, hacer la búsqueda electrónica y física, porque no todo está en internet y, no todo lo que está en internet es tal cual o simplemente ya dejó de estar disponible… verificará que cumple con las características deseadas, las condiciones físicas y precios corresponden, los tiempos de entrega se adecuan a lo que dispone el cliente, la documentación para proceder está en regla y lo que sigue es tomar una primera decisión, cuál de las opciones es la más conveniente… pasado este punto ya se puede hablar de un cierre.
La experiencia previa contribuye a su favor, ya que además puede contar con una cartera de clientes en la que sea más práctico encontrar lo que se está buscando: un comprador, un vendedor, un inquilino, un inversionista.
Respecto a la propiedad
Tiene herramientas para identificar las características que hacen más valiosa y competitiva la propiedad o bien más conveniente para sus clientes potenciales. Puede ser que en el estado actual signifique un buen negocio, pero si algo se puede modificar, mejorar o quitar, puede tener una variación favorable del precio. No podemos olvidar que en nuestra ciudad existen opciones con las que tendremos que decidir o competir, no tomarlas en cuenta podría hacer más largo, costoso y desgastante el proceso.
Una de las situaciones más comunes y no tan agradables para los propietarios podría ser que su estimación de la valuación, esté fuera del rango real, lo cual será planteado por el asesor, vale mucho apoyarse de la experiencia y conocimientos para no entorpecer el proceso y “quemar” la propiedad en el mercado.
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