Generalmente el objetivo de arrendar una propiedad es hacer un buen trato de largo plazo.
Para procurar esta situación, la selección del inquilino es fundamental. Puede parecer suficiente establecer “condiciones” al promover la propiedad, por ejemplo, además de el precio y la forma de pago, es común encontrar restricciones sobre mascotas, niños, incluso tipo de profesionistas. Todo es válido pero puede no ser suficiente con que nuestro candidato a inquilino cumpla con estas condiciones.
Durante la muestra del inmueble hay que observar y conversar sobre lo que buscan y lo que buscamos.
La mayoría de las personas suele mostrarse abiertamente porque también buscan “quedar en buenas manos” , si hay señales de ocultar algo o de desconfianza, se nota y hay que hacer caso, indagar más y confirmar si es una mala señal o un mal entendido. Puede ser que en el proceso nos encontremos que podemos ceder en las condiciones porque hay compensación por parte del inquilino, por ejemplo que si no queríamos tener destrozos por parte de una mascota fuera de control, conozcamos a una persona que se hace acompañar por un canino de compañía entrenado.
En fin, es muy importante observar, preguntar e informar de todo para que no tengamos sorpresas desagradables y también sea aceptado que los acuerdos queden en la medida de lo posible, no nada más plasmados en el contrato, sino bien entendidos y respetados en la práctica.
Estando en el lugar del arrendatario o inquilino, es importante ser honesto y asegurarse de que el arrendador está conforme con que nos convirtamos en su inquilino tanto que nos confíe su propiedad.
Es muy importante que exista empatía porque debemos estar tranquilos en que, si fuera necesario, necesitamos contar con su apoyo en caso de incidentes en los que sólo él o ella como propietario (a) pueda actuar. Pueden ser conflictos con vecinos, temas de seguridad, acuerdos en el condominio o simplemente para hacer un acondicionamiento que requiera de su aprobación por escrito. Si logramos llegar a un acuerdo y firmar el contrato adecuado, probablemente no será necesario más contacto con el arrendador hasta que haya que renovar el contrato, pero la tranquilidad de contar con su atención aunque no surja la oportunidad, no sobra.
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